viernes, 13 de diciembre de 2013

Agencia Tributaria, el cortijo de los políticos



En los últimos días se ha generado un gran revuelo por los despidos y dimisiones que se han producido en el seno de la Agencia Tributaria y por las palabras que pronunció el ministro Cristóbal Montoro, al argumentar los despidos “por ser socialistas”.

Todo esto nos plantea un gran problema que ya se ha producido en distintas instituciones, como por ejemplo en la justicia, como ya comenté en la entrada Justicia o No Justicia, esa es la cuestión. Los políticos pretenden manipular las administraciones a su antojo, dificultando así un buen funcionamiento de éstas, y obteniendo grandes ventajas. 

En el caso de la Agencia Tributaria, los gobiernos al nombran ellos mismos a la cúpula, se aseguran que ésta funcione según los intereses que vayan teniendo, véase los ejemplo del caso Nóos y el error con el DNI de la infanta Cristina o la supuesta sanción millonaria que le debería de haber caído a la multinacional Cemex.

 

El gobierno no debería inmiscuirse en el desarrollo de las actividades de la Agencia y ésta debería de estar aislada de presiones externas. Las leyes deben cumplirlas todos los ciudadanos, sin distinción de clases. Sin embargo, el problema que hay en España es que los políticos son inmunes a las leyes puesto que son conocedores de las trampas de éstas. 

En definitiva, si existiera un desarrollo autónomo de la Agencia Tributaria se conseguiría frenar, en gran medida, la corrupción. También se aseguraría el cumplimiento de la legislación española a toda esa élite económica-política que pretende evadir las cargas fiscales para así obtener mayores beneficios.

Si te ha parecido interesante esta entrada, te recomiendo que leas Solidaridad en tiempo de crisis o La Educación Azteca

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